Gabriel Orozco trabaja en una amplia gama de medios, que incluyen dibujo, instalación, fotografía, escultura y pintura. El vocabulario de sus proposiciones toma elementos del arte conceptual, así como de los ready-mades de Marcel Duchamp, los cuales combina con una observación aguda y detallada de su entorno. En el Kiss of the Egg, Orozco reflexiona sobre cómo se podría tomar distancia del acto cotidiano de besarse transformando un gesto íntimo en uno público. Una estructura de acero en forma de infinito cuelga del techo, lo suficientemente grande como para que una persona se pare dentro de cada lazo. En la coyuntura de esta figura en ocho, se encuentra un huevo precariamente equilibrado en un soporte. Se invita a los visitantes a formar parejas e interactuar con la pieza, besando simultáneamente el huevo en el centro. Con cuidado de no tirarlo, los participantes se concentran en el presente, conscientes de las fuerzas e intensidades involucradas en un beso. El potencial simbólico de la obra permite cualquier número de interpretaciones, incluidas aquellas que hacen referencia a la eternidad y al equilibrio, a la vida y la fertilidad.
Imagen: Cortesía del artista y kurimanzutto, Ciudad de México / Nueva York