Este cuerpo de trabajo incluye una serie de piedras que Orozco encontró en ríos, con formas perfiladas por el contacto con el agua a lo largo de los años. Sobre estas piezas, el artista menciona: “Me llamaron la atención porque son objetos erosionados que tienen mucho recorrido y, sin embargo, conservan su sencillez”. Intervenidas por el artista a partir de tallar formas, líneas y volúmenes, estas piedras materializan la idea de la erosión, desdibujando la línea entre la acción natural y humana.