Una característica común en la obra de Orozco es que está inspirada por la locación en la que se realiza. Durante su estancia en Róterdam, una ciudad principalmente ciclista, Orozco llevó a cabo un ensamblaje de bicicletas. A partir de cuatro bicicletas que se dirigen hacia toda dirección posible, el artista reflexiona sobre las nuevas condiciones de movilidad y transporte.