Fernanda Gomes convierte lo olvidado y lo perdido, así como los objetos mundanos descartados de la vida cotidiana en frágiles construcciones que trazan las acciones del día a día. Ensambladas a partir de materiales tocados varias veces al día, crea poemas visuales con el potencial ilimitado de contar historias. Pintadas de blanco, y solo blanco, eleva el estado de lo que llama “cosas” mediante el uso de un color que interpreta como el más completo; lleno y receptivo. La neutralidad del blanco, o el blanco como ideal estético, se refleja en Sem titulo [Sin título] de Fernanda Gomes.