Annette Messager se inspira en los cuentos infantiles y sus personajes para cuestionar las normas sociales establecidas y las identidades determinadas. Al incorporar dibujos animados, juguetes y ropa infantil a su obra, desafía las fronteras entre la alta y la baja cultura; lo masculino y lo femenino; la inteligencia y la emoción. En Dissection II [Disección II], Messager abre un peluche y un mono infantil como si estuviera realizando una autopsia. El resultado es una obra inquietante que desafía nuestras expectativas sobre objetos que normalmente asociamos con la inocencia, la comodidad y la seguridad.