La exposición Tempo Rubato reúne obra gráfica, performances, puestas en escena, así como diversos documentos que se relacionan con la vida y obra de Guy de Cointet, artista francés nacido en 1934 que residió en Los Ángeles desde 1968 hasta su muerte en 1983. Una noción de espontaneidad meditada que se despliega en el tiempo y el espacio es la que le da cuerpo a la obra de Guy de Cointet, quien —por medio de asociaciones entre formas, objetos, palabras y lenguaje corporal— consigue subvertir los valores sociales y códigos culturales que rigen nuestra cotidianidad y las construcciones narrativas que de ellos se desprenden. El presentar la producción de Guy de Cointet en México no sólo sentará un precedente en cuanto a la difusión de la obra de un artista clave para la historia del arte quien, por sus temáticas y estrategias, ha recuperado vigencia y ganado un renombre internacional en años recientes. Esta exposición constituye, también, una oportunidad para adentrarse en el terreno artístico que anunció de Cointet, un terreno que ha sido poco explorado y en el cual convergen pintura, escultura, narración y performance, dando lugar a una hibridación de las prácticas que ha adquirido una nueva relevancia en las manifestaciones artísticas de los últimos años.

Tras discurrir acerca de las peripecias que efectúan con las manos los italianos al hablar con la destreza del músico al interpretar una melodía, Rosa y Butch —personajes principales de la obra IGLÚ de Guy de Cointet y Robert Wilhite— hacen una evaluación de lo que entienden por tempo rubato. El término musical que se refiere a la libertad rítmica y expresiva del intérprete, o conductor, que le da forma al fraseo a partir de variaciones y desvíos de la partitura original, es ahora una cuestión de enunciación performática. Esta misma noción de espontaneidad meditada es la que le da cuerpo a la obra de Guy de Cointet quien, por medio de asociaciones entre objetos, palabras, y lenguaje corporal, consigue subvertir los valores sociales y códigos culturales que rigen nuestro entorno. El tipo de lenguaje que de Cointet desarrolló se inspira en momentos de la vida diaria a partir de los cuales concibe una serie de situaciones, primero gráficas y luego performáticas, en las que aquellos tiempos robados, o momentos extraviados, consiguen escapar de las rutinas cotidianas. Recurriendo a fuentes tan diversas como los códigos cifrados, las radionovelas mexicanas, el mundo de la literatura y el universo de la moda, sus diálogos y escenografías se construyen como narrativas sin trama en las que intervienen la pintura, la escultura y el performance. Esta hibridación de disciplinas ha despertado nuevas resonancias entre las manifestaciones artísticas recientes, que parecen responder a la necesidad de concebirotro tipo de relatos que permitan volver a narrar esas historias que nos resultan familiares, y en las que el arte ahora puede tornarse un elemento indispensable para sobrellevar la vida diaria.