Daniela Rossell inició un proyecto fotográfico que tituló Ricas y famosas, en 1993-1994, que exponía los estilos de vida de las mujeres de la élite mexicana. Más que retratos de estas mujeres en entornos tradicionales, Rossell las alentó a representar roles en sus majestuosas oficinas, salas de estar o dormitorios. Las mujeres, hijas o esposas de hombres adinerados, adoptan poses exageradas y sexualizadas, lo que hizo que el proyecto se volviera escandaloso para una sociedad mexicana aún recatada, y que la artista pretendía criticar en estas imágenes donde se fusionan feminidad, poder y riqueza en una forma de retrato inquietante, aunque consistente.