Parres es un pueblo pequeño, ubicado en algún punto de la carretera entre la Ciudad de México y Cuernavaca. Este pueblo anónimo, que no es reconociblemente mexicano o de otro tipo, sirve de escenario para las obras de Parres de Melanie Smith. Piezas que exploran la construcción y la ruptura de la ilusión pictórica, a través de los procesos de la pintura y la cinematografía. Procesos que apuntan hacia el espacio simbólico creado por su misma autorreflexividad. Instaladas de forma provocativa, cada obra explora la revelación o desaparición del mundo visible por medio de procesos transformativos de reproducción; examinando así la idea de que la capacidad de ocultar algo puede ser tan poderosa como la capacidad de revelarlo.