Vindicaba con sus obras el nexo entre arte y espiritualidad, entre arte y ética, entre arte y naturaleza humana. Muchas de estas piezas remiten a una voluntad por nombrar y exaltar certezas íntimas de nuestra experiencia vital. Destellos sutiles de una aparición, sólo a ratos visible, que hacen de cada obra de arte un indicio de comunión consagrada y una custodia pública a la fragilidad de ser.