Esta pintura ilustra una forma clave en la que el artista comprende la simetría como un elemento técnica y culturalmente interesante en su obra. El artista comenta que “es complicado imaginar que la mayoría de las esculturas prehispánicas fueran cromáticas, pintadas con colores sobre la piedra tallada”, por lo que decidió llevar el proceso más a fondo y realizar una pintura de la Coatlicue. Ánima forma parte de una serie de pinturas que Orozco realizó en relación con el Hombre de Vitruvio de Leonardo da Vinci, sobrepuesto en la imagen de la diosa prehispánica. Es interesante considerar la forma en que Orozco utiliza la misma iluminación cenital que Manuel Álvarez Bravo frecuentemente empleó para fotografiar las obras del Museo Nacional de Antropología, en donde reside la figura de Coatlicue.