15.ABR. - 05.SEP.2010
El Gabinete Blanco

El Gabinete Blanco surgió a partir de un grupo de exquisitos monocromos blancos de Robert Ryman e intentaba reconciliar dos modelos opuestos de presentación de colecciones: el salón del siglo XIX y el cubo blanco modernista del siglo XX.

El Gabinete Blanco tiene origen con un grupo de pinturas de Robert Ryman que se encuentran en la Colección Jumex, tres de ellas incluidas en la exposición. Ryman es conocido por su persistente y rigurosa investigación de la pintura a través del color blanco. Reduciendo su trabajo a esos dos elementos –a la pintura y al blanco– el artista explora combinaciones aparentemente infinitas mediante variaciones de tinta (acrílico, óleo, yeso, caseína, guaché, enamelac, grafito, varathane), de soporte (papel periódico, gasa, papel calca, cartulina corrugada, lino, yute, fibra de vidrio, malla, aluminio, acero, cobre, lienzo) y los modos de aplicación (pinceles de distintos tipos, cuchillos y espátulas).

En ese contexto, y a pesar de su carácter aparentemente reduccionista, el blanco se abre hacia un amplio espectro de lecturas: es lo elemental, primario, austero y lo minimalista. El blanco es la ausencia de color y la sobreposición de todos los colores, representa el inicio de una historia (la página en blanco) y la acumulación o el capítulo final de muchas otras (como la Composición suprematista: Blanco sobre blanco [1918], de Malevich). Así, el blanco es una de aquellas palabras ominosas cuyo significado puede transformarse y coincidir con su contrario. Como menciona Freud: “Heimlich es una palabra que significa, aquello que se desarrolla en dirección ambivalente, hasta que finalmente coincide con su opuesto, unheimlich”.

Para Ryman, el blanco es sobre todo un instrumento para ver más. Para el artista: “El blanco tiende a hacer las cosas visibles. Con el blanco puedes conseguir apreciar más un matiz, se logra ver más. He dicho antes que si salpicas café en una playera blanca puedes ver el café claramente. Si lo salpicas sobre una playera oscura, no lo logras ver tan bien”. El blanco como mecanismo para ver más está relacionado al cubo blanco y, de hecho, el título de la exposición juega con tres diferentes modelos de aparato expositivo históricamente distintos: el gabinete de curiosidades o el Wunderkammer del siglo XVII, el antepasado histórico del museo; el salón de pinturas del siglo XIX; y el cubo blanco del siglo XX. En ese sentido, la muestra es presentada como un gabinete de monocromos blancos, reuniendo, a partir del espíritu de Ryman, un agrupamiento de amplias posibilidades –pintura, dibujo, escultura, objeto, instalación, fotografía, video, luz, libro de artista, registro de performance, vinil o tinta sobre muro–. Reconciliando el cubo blanco con sus modelos históricos opuestos (el gabinete y el salón), el resultado es también ominoso: un exceso de blancos.

  • Lawler, Louise
  • Orozco, Gabriel
  • Ligon, Glenn
  • Costa, Eduardo
  • Ryman, Robert
  • Gomes, Fernanda
  • Fontaine, Claire
  • Varejão, Adriana
  • Toledo, Laureana
  • Thomson, Mungo
  • Robbio, Nicolás
  • Romo, Sebastián
  • Pape, Lygia
  • Muniz, Vik
  • Martensson, Per
  • López, Mateo
  • Lambri, Luisa
  • LaDuke, Tom
  • Fontana, Lucio
  • Flavin, Dan
  • Fernández, Magdalena
  • Elmgreen, Michael
  • Santo, Iran do Espirito
  • Dragset, Ingar
  • Dávila, Jose
  • Corse, Mary
  • Araujo, Juan
  • Aranda, Julieta
Organizada por: Adriano Pedrosa