Tradicionalmente, se enseñaba arte pidiendo a los estudiantes que copiaran los modelos existentes mientras los profesores ayudaban al joven artista en su intento de emular a los maestros. Incluso antes de la escuela de arte como la conocemos hoy, los maestros tenían talleres donde los aprendices ayudaban a completar los encargos, aprendiendo el oficio en el proceso. Hoy en día, se exhorta a los estudiantes de arte a desarrollar su propio estilo, un enfoque influenciado por el cambio en las pedagogías de enseñanza introducido por la Bauhaus. Sin embargo, es aprendiendo sobre obras de arte conocidas que los artistas jóvenes crean gradualmente sus propios vocabularios. Aún así, la historia del arte no se formalizó como disciplina hasta que los estilos artísticos fueron identificados y analizados sistemáticamente en contexto, separando paulatinamente los roles de artista y artesano empezando en el renacimiento y culminando en el siglo XVIII.
En consecuencia, los historiadores del arte comenzaron a dar protagonismo a ciertos artistas, obras de arte y movimientos, lo que a su vez permitió la canonización de algunos artistas, obras y estilos mientras se marginó a otros. La palabra canon proviene del griego kanon, que significa “estándar”, pero también tiene una connotación religiosa, ya que se usó para describir la selección de escrituras aceptadas. Según la historiadora del arte Griselda Pollock, “los cánones pueden entenderse como la columna vertebral legitimadora retrospectiva de una identidad cultural y política, una narrativa de origen consolidada”. 1 Actualmente, el canon se entiende como los mejores, más representativos y más significativos textos, objetos o composiciones musicales y, por tanto, “lo que debe ser estudiado como modelo por parte de los aspirantes a la práctica”. 2
De todas las disciplinas del arte, la pintura ha sido la más discutida y canonizada, especialmente en la historia del arte occidental. A principios de la década de 1900, los artistas rechazaron el sistema de los salones académicos y la idea de la pintura como una ventana al mundo por lo cual exploraron nuevos temas, métodos y materiales. Aunque el modernismo fue en un inicio una reacción al canon, eventualmente se convirtió en precepto, siendo suplantado por el posmodernismo en la década de 1970. Este ciclo se ha repetido a lo largo de la historia, cuando los artistas se detienen para reflexionar y rechazar el estilo aceptado, lo que indica un cambio en los valores estéticos, culturales y sociales aceptados en una cultura.
Una estrategia que han utilizado los artistas ha sido la de simplificar o reducir los elementos presentes en el arte. En una entrevista de 1966, Frank Stella declaró: “Si la pintura fuera lo suficientemente austera, lo suficientemente precisa o lo suficientemente correcta, simplemente podrías mirarla. Todo lo que quiero que alguien obtenga de mis pinturas es el hecho de que puedes ver la idea completa sin ninguna conclusión […] Lo que ves es lo que ves”. 3 Con esta contundente afirmación, el joven artista se desprendió del estilo expresionista abstracto dominante, que se centraba en el proceso, pero también se benefició de la idea del artista como un genio incomprendido.
El posmodernismo fue introducido al discurso de la historia del arte por Douglas Crimp, quien afirmó: “La fantasía de un sujeto creador da paso a la confiscación, cita, extracción, acumulación y repetición francas de imágenes ya existentes. Se socavan las nociones de originalidad, autenticidad y presencia, esenciales para el discurso ordenado del museo”. 4 Esta declaración abrió el campo de posibilidades para los artistas contemporáneos.
Esta selección de la Colección Jumex presenta obras que toman imágenes previas para examinar, ilustrar o subvertir una característica del arte en sí. Al observar obras que se han convertido en parte del canon de la historia del arte, estos artistas contemporáneos cuestionan cómo se establece en primer lugar y revelan que el canon permanece fluido. El mercado del arte, el feminismo y la globalización son sólo algunos ejemplos de nuestro contexto actual que siguen influyendo en el canon.
A fines de la década de 1970, un grupo de artistas de Nueva York comenzó a reusar imágenes de la cultura contemporánea e incorporarlas a sus piezas. Conocida como Pictures Generation por la exposición Pictures organizada por Douglas Crimp en 1977, el grupo “ve la representación como una parte ineludible de nuestra capacidad para comprender el mundo que nos rodea”. 6 Louise Lawler y Sherrie Levine eran parte de ese grupo. Lawler fotografía obras de arte almacenadas o colgadas en casas de coleccionistas, y así las muestra en situaciones desprevenidas, a medio camino entre obras de arte y meros objetos. En Bulbs [Bulbos], 2005-2006, se centra en el objeto que compone la obra de Félix González-Torres de principios de los años 90 compuesta por hileras de bombillas colgadas o dispuestas en la galería para conmemorar las vidas perdidas por la crisis del sida.
Mientras tanto, Sherrie Levine simplemente vuelve a fotografiar imágenes famosas de fotógrafos canónicos como Walker Evans o Edward Weston, en un intento de examinar los códigos de representación inherentes a la creación de esas imágenes y su valor atribuido. La idea del canon como excluyente y subordinador de las mujeres artistas y además utilizado para reforzar el género y las posiciones de poder es enfrentada por el feminismo y estimulada por el enfoque en las políticas de identidad en la década de 1980. Las imágenes “robadas” de Levine exponen el cinismo del mundo del arte que consagra a los artistas masculinos e ignora a las mujeres. En Fountain (Buddha) [Urinal Buda], sin embargo, su adaptación es menos sutil. Siguiendo el modelo de Fountain [Fuente] de Marcel Duchamp de 1917, la versión de Levine está hecha de bronce, lo que refuerza la materialidad tradicional de la escultura y al mismo tiempo se burla de su posición como obra “ilustrada”.
Los artistas contemporáneos continúan explorando y cuestionando el papel del canon del arte. Si bien puede ser una ayuda didáctica útil destinada a introducir a los artistas jóvenes en la diversidad de la producción artística, también puede ser peligroso tomarla al pie de la letra. Los artistas presentados aquí utilizan sus propias prácticas para reflexionar sobre cuestiones de deseo, poder y valor que el canon sostiene, presentando sus relecturas de éste y cómo los contextos específicos pueden complicarlo y dinamizarlo.
Texto de Cindy Peña, asistente curatorial.