Selección de María Emilia Fernández
Un título es un color invisible

“El título de una pintura es un color más en la paleta del artista", dijo Marcel Duchamp en una entrevista pocos meses antes de morir en 1968. 1 Él siempre dio a los títulos de sus obras un papel importante, tratando a cada uno “como un color invisible”, un pigmento que evadía los ojos para hablarle a la mente. 2 Hay artistas para quienes poner un título a una obra es parte esencial de su trabajo, un componente crucial que agrega otra dimensión a la pieza. Otros, sin embargo, creen que los títulos interfieren con la experiencia del espectador y prefieren que el trabajo hable por sí mismo, escapando los límites del lenguaje. De una forma u otra, lo único seguro es que cada artista debe decidir cómo titular sus obras. Esta selección de piezas de la Colección Jumex analiza este tema clave en el arte contemporáneo: ¿qué papel tiene un título en una obra de arte? ¿Cuál es la relación entre palabra e imagen en las prácticas artísticas?

La elección como forma de crear –crucial para los ready-mades de Duchamp– también influye en el acto de poner un título. Confrontados con un número de opciones infinitas, seleccionar un nombre significa descartar todos los demás. Nombrar permite ver, dar sentido a la experiencia visual y crear un sentido de orden y control sobre el mundo que nos rodea. Este intercambio de palabras e imágenes ha sido uno de los principales motores de desarrollo en el arte de las últimas décadas.

“La frontera entre el lenguaje y una obra de arte siempre se está negociando […] las palabras y las imágenes se transportan, importan y exportan constantemente”. 3
– Boris Groys
Anteriormente, muchas obras se basaban en historias conocidas, ya fuera en escenas bíblicas o temas populares que se habrían explicado por sí mismos, volviendo redundante la necesidad de titularlas. Del mismo modo, los retratos, paisajes y otros trabajos por encargo a menudo quedaban sin un título formal. Esta situación se revirtió a finales del siglo XVIII, cuando el arte empezó a cambiar de manos y a circular más. También ayudó que los artistas que presentaban sus pinturas en los Salones de Europa tenían que ponerles título para diferenciarlas en los catálogos que acompañaban estas exposiciones. A principios del siglo XX, a medida que los artistas comenzaron a alejarse de la representación figurativa, los títulos experimentaron una transformación fundamental, lo cual se acentuó más tarde, en la década de 1960, con la aparición del arte conceptual. Hoy en día las imágenes circulan cada vez más a través de medios como Internet, donde encontramos arte, documentación fotográfica y memes en un mismo nivel, donde el lenguaje se posiciona como una parte cada vez más importante de la cultura en general.
Una imagen, una acción o un objeto pueden transformarse radicalmente al ponerles un título, revelando algo que se ocultaba a simple vista.
Solo por el hecho de ser nombrado como tal, el Pulpo oxidado de Gabriel Orozco se extiende debajo de un lavadero, y la adaptación de Carsten Höller de una aspiradora eléctrica se convierte en una escoba de brujas moderna. Lo que podría llamarse el efecto ready-made se complica aún más en el trabajo de Sherrie Levine, quien reproduce una versión en bronce del icónico urinario de Duchamp, una pieza que lo posicionó como el pionero de la apropiación en el arte. La transformación material en Fountain (Buddha) [Fuente (Buda)] hace referencia al estatus consagrado de esta obra en la historia del arte, al mismo tiempo que alude sarcásticamente a la idea de un Duchamp iluminado.
Algunos títulos están profundamente codificados en un idioma en particular, al grado de desafiar la lógica misma de la traducción. Por ejemplo, Aspirando ser cristiano de Gonzalo Lebrija hace un juego de palabras en español con el verbo aspirar en el sentido de inhalar, de usar una aspiradora y de anhelar ser cristiano, mientras que Sin título (doy fe) de Gabriel Kuri atestigua el milagro de un chicharrón de cerdo que es elevado al estatus de una reliquia. En estos casos, la tarea del traductor, como dijo Walter Benjamin, “consiste en encontrar el efecto deseado en el idioma al que se está traduciendo y que produce en él un eco del original”. 4 Las connotaciones religiosas de ambas obras dialogan directamente con el uso que hace Damien Hirst de la exclamación Jesucristo para bautizar una cabeza de toro desollado, que se encuentra flotando en una vitrina con formol.
Sin título sigue siendo uno de los títulos, o más bien no-títulos, más recurrentes en el arte contemporáneo, un espacio para que los espectadores sugieran sus propios significados. Algunos artistas encuentran un punto medio utilizando los paréntesis posteriores para darnos información adicional.

El título entre paréntesis ayuda a conectar las persianas entreabiertas de Untitled (Barragan House, # 31) [Sin título (casa Barragán, # 31)] de Luisa Lambri con la residencia del arquitecto mexicano, o en el caso de las luces fluorescentes de Dan Flavin, el subtítulo evoca al artista ruso Vladimir Tatlin y su ambicioso proyecto para el Monumento a la Tercera Internacional de 1920. Y en el trabajo de Félix González-Torres, el retrato más convencional de mamá, papá y dos niños se vuelve amargo entre los paréntesis, que nos revelan a un funcionario de la Gestapo durante la era nazi en Untitled (Klaus Barbie as a Family Man) [Sin título (Klaus Barbie como un hombre de familia)].

La voz del artista puede escucharse claramente en el tono confesional de I Am Too Sad To Tell You [Estoy demasiado triste para decirte] de Bas Jan Ader, o en la propuesta con sentido del humor de Louise Lawler y su I Don’t Have a Title For it, Maybe We Should Have a Contest? [No tengo un título para ésta, ¿quizás deberíamos hacer un concurso?]. El uso de la primera persona en estos títulos te acerca al artista, pero también a la intención detrás de la obra.

El uso de la primera persona en estos títulos te acerca al artista, pero también a la intención detrás de la obra.

Otras veces, sin embargo, el significado sólo queda implícito, como en la compulsión de Urs Fischer por romper y pegar los muebles con pegamento, o en la litera doble de Elmgreen y Dragset, que trae recuerdos de pijamadas infantiles e incipientes fantasías sexuales.

Un título puede proyectar un Estanque en la obra de Wilfredo Prieto, una instalación de barriles de petróleo y agua, con todo y una rana, o puede dirigir la mirada del espectador Fuera del Carrusel para enfocar al caballo extraviado de Anri Sala. Los títulos también pueden implicar y documentar acciones, sugiriendo una temporalidad y un aspecto efímero del trabajo en cuestión. Este es el caso en la serie Equilibres / Quiet Afternoon [Equilibrios / Tarde tranquila] de Peter Fischli y David Weiss, donde los malabares y acrobacias de zapatos, verduras, cubiertos y otros artículos domésticos apenas duraban suficiente para ser documentados por la cámara. Posteriormente, estos actos de equilibrio recibían un título único que los convertía en historias grandiosas, retratos familiares y escenarios enigmáticos. Por otro lado, Persona recargada de la cabeza, un extra, de Tania Pérez Córdova, evoca un cuerpo que descansa contra el muro de su estudio, mientras que otra fotografía de Orozco, Extensión de un reflejo, sugiere que conectar dos charcos al rodar en bicicleta es equivalente a dibujar en el cielo, o viajar entre dos espejos.

La importancia del lenguaje y los títulos como herramientas lingüísticas en el arte Los títulos se han vuelto cada vez más apasionados, y han adquirido un tono psicológico y político, pero en muchos casos también se han tornado más confusos y herméticos. Este tema se ha vuelto tan polémico que ha generado una respuesta satírica, que va desde un manual abrumador en Wikipedia sobre “Cómo ponerle un título a tu obra de arte” en 19 pasos sencillos, hasta generadores disponibles en línea que se burlan de la pretensión y la complejidad de las metáforas que usan algunos artistas (y curadores).

En este sentido, la práctica de Eva Rothschild parece especialmente pertinente. Según Rothschild, los títulos deben leerse como un elemento más de la obra: deberían “tratar de crear un nuevo espacio a su alrededor”; “dirigirte en la dirección incorrecta […] y agregar una capa de confusión”. 5 La artista trabaja en reversa, lo que significa que todo el tiempo compila listas de posibles títulos para luego elegir uno cuando está cerca de terminar una pieza. Fiel a su método, Twins [Gemelos] subvierte las expectativas del visitante que pide orientación para interpretar la obra y nos presenta una escultura de alambre que ni siquiera recuerda vagamente a un par, un dúo o una copia.

Quizás una forma más útil de pensar un título es equipararlo con una carta al espectador. Las cartas no siempre llegan a su destino, o si lo hacen, pueden ser difíciles de descifrar; pueden llegar demasiado tarde, una vez que se ha tomado una decisión sobre algo, o demasiado pronto, definiendo a partir de entonces toda la correspondencia futura. Incluso si se envía una hoja de papel en blanco por correo, abierta y ambigua, uno puede estar seguro de que el destinatario encontrará una manera de leer su propio mensaje, de pintar con un pigmento invisible.

Texto de María Emilia Fernández, asistente curatorial, Museo Jumex.

1 Marcel Duchamp en una entrevista de video filmada el 21 de enero de 1968.
https://enseignants.lumni.fr/fiche-media/00000000593/marcel-duchamp.html#transcription.
2 Marcel Duchamp. “Apropos of Myself”. Notas para la conferencia impartida en el City Art Museum de San Luis Missouri el 24 de noviembre de 1964.
3 Boris Groys, “The Border between Word and Image”, Theory, Culture & Society, SAGE Journals, vol. 28 (2011): 94-108. Traducción de la autora.
4 Walter Benjamin, “The Task of the Translator” [impreso por primera vez como introducción a una traducción de Baudelaire, 1923], en Illuminations, trans. Harry Zohn, ed. e intro. Hannah Arendt (Nueva York: Harcourt Brace Jovanovich 1968), pp.69-82. Traducción de la autora.
5 Eva Rothschild en entrevista con Tom McGlynn, The Brooklyn Rail, septiembre de 2017. https://brooklynrail.org/2017/09/art/Eva-Rothschild-with-Tom-McGlynn. Traducción de la autora.
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