Selección de Marielsa Castro Vizcarra
Momento, monumento, memoria y memorial

La necesidad de recordar el pasado y conservarlo es tan antigua como la historia misma. El arte se ha inscrito en la producción de memorias a través de múltiples formatos como los monumentos, memoriales y antimonumentos, y en obras que apuestan a construir, conservar, materializar, o incluso a editar los recuerdos.

La historia y la memoria han sido conceptos estudiados en conjunto, pero también desde sus diferencias. El historiador francés Pierre Nora afirma que estos dos conceptos más allá de ser sinónimos son opuestos. La memoria está en constante transformación, es olvidada y recordada según la dialéctica del momento, mientras que la historia es una reconstrucción de lo que ya no está, por lo tanto, siempre es una narración incompleta. La memoria es un fenómeno del presente, la historia una representación del pasado, la memoria es absoluta, mientras que la historia es relativa. 1

En consonancia con Nora, quien escribió: “Hablamos tanto de la memoria, porque queda muy poco de ella”, 2 , artistas como Christian Boltanski, Ilán Lieberman y Óscar Muñoz han explorado maneras de recordar a aquellos que ya no están, con la intención de conservar lo que parece impermanente. Christian Boltanski trabajó durante su larga trayectoria temáticas como la muerte, el trauma colectivo y la pérdida de identidad. A través de distintos medios el artista procuró rescatar la memoria. Coleccionó fotografías, objetos e incluso latidos cardiacos, con la intención de recordar a personas comunes y hacerlas trascender en monumentos que aluden a la memoria colectiva. Dentro de las obras emblemáticas de Boltanski, se encuentra la serie Monument [Monumento] que son instalaciones de retratos en blanco y negro de niños, apilados en forma piramidal y focos que se conectan entre sí, aludiendo a un luto público y colectivo, que conmemora a ciertas personas en particular.

Tanto Boltanski como el artista Ilán Lieberman recolectaron archivos fotográficos de rostros de niños para su producción artística. En ambas prácticas utilizan la fotografía como el recuerdo de lo que ya no está, como la captura de un instante. Lieberman realizó a lápiz, y con la ayuda de un microscopio, copias exactas de rostros de niños desaparecidos. Durante tres años reprodujo 100 fotografías de un diario local de la Ciudad de México y así surgió su obra Primeros 25 Dibujos de la serie “Niño Perdido”, que opera como una colección de obituarios o carteles de búsqueda. Debajo de cada dibujo se encuentra una ficha informativa con algunas de las características de cada uno de los desaparecidos como el nombre, edad, altura, señas particulares y fecha del momento de la desaparición.

El artista colombiano Óscar Muñoz utiliza como base para Proyecto para un memorial rostros de recortes de periódicos de víctimas desaparecidas resultado de la violencia en Colombia. Muñoz presenta cinco videos que comienzan con una superficie de concreto iluminada por el sol. A los pocos segundos aparece una mano que comienza a pintar un rostro con un líquido transparente, poco tiempo después el espectador puede intuir que es agua, ya que en el momento en que el rostro es terminado, el dibujo comienza a evaporarse. El artista representa la corta temporalidad de la memoria y la imposibilidad de recordar a los desaparecidos. En los países latinoamericanos, la desaparición forzada se ha utilizado como una estrategia de represión hacia los disidentes del poder. Al anular los cuerpos de los oponentes, el poder no sólo reprime mediante el terror a la población civil, también borra la historia y la memoria de aquellos que luchaban o intentaban alzar la voz, creando amnesia colectiva.
Como una forma de recordar y de construir identidades se erigen monumentos y memoriales que pretenden conservar una parte de lo que pasó y a quienes ya no están. Al igual que las diferencias entre historia y memoria, también existen diferencias entre monumentos y memoriales. Los monumentos son edificaciones que conmemoran las acciones de una persona o un hecho en concreto, relevante para un grupo social que busca conservar la memoria histórica. Los memoriales son espacios creados para recordar a personas que han muerto, pero a diferencia del monumento que celebra la acción a recordar, un memorial lo denuncia. Históricamente los monumentos se caracterizan por ser lugares estáticos que provocan distancia entre el pasado y el presente. Los memoriales dejan espacio a nuevas interpretaciones, basados en experiencias sensoriales. En palabras del filósofo Walter Benjamin, “articular históricamente el pasado no se logra reconociendo `tal y como fue´” 3 , sino recreando nuevas interpretaciones de una experiencia. En las prácticas artísticas contemporáneas los monumentos y memoriales han sido objeto de estudio, derivando en obras como las de Dan Flavin, Peter Coffin y Mark Dion.
Durante 1964 y 1990, el artista Dan Flavin realizó 50 piezas dedicadas al artista ruso Vladimir Tatlin. Untitled (Monument for V. Tatlin) [Sin título (Monumento a V. Tatlin)] es una de ellas, en la cual, a través de una reinterpretación mínima y simétrica de luces fluorescentes —material comúnmente utilizado por Flavin— se conmemora el Monumento a la Tercera Internacional (1919-1920). También conocido como Torre Tatlin, el proyecto que nunca fue construido es un símbolo de la revolución comunista rusa que pretendía albergar la sede de esta organización. La obra de Flavin juega con la temporalidad de los materiales mediante la iteración, ya que un monumento pretende ser permanente en tanto que un foco fluorescente no lo es. De manera similar, el artista estadounidense Peter Coffin explora la materialidad en la serie Sculpture Silhouette [Silueta de escultura] al emplear símbolos históricos como detonantes de estas obras y al transformar imágenes presentes en la memoria colectiva en siluetas negras. Interesado en reproducir la sombra de las esculturas, Coffin produce modelos negros de acero de un par de centímetros de espesor. Sculpture Silhouette Prop (B. Newman ‘Broken Obelisk’ 1963-69) [Silueta de escultura (B. Newman “Obelisco roto” 1963-69] es la aproximación de Coffin al conocido Obelisco de Barnett Newman. Por una parte, Newman creó un memorial roto, que representa las rupturas del sistema, y por otra, Coffin diseñó un memorial a Newman replicando la sombra de éste.
Como respuesta a los memoriales y monumentos, en el arte contemporáneo se han creado piezas que podrían definirse como antimonumentos, ya que cuestionan la manera hegemónica de construir la historia. La artista mexicana Teresa Margolles ha utilizado en su obra remanentes físicos de sucesos traumáticos para representar la pérdida, la violencia y la muerte. En 2008, Margolles se encontraba en China cuando un terremoto de 8.0 en la escala de magnitud sacudió a la provincia de Sichuan dejando un total 1,370,000 habitantes desplazados, 64,197 muertos y 18,263 desaparecidos. Margolles viajó a este lugar y como resultado de su experiencia creó Escombro. La pieza tiene dos partes y es antimonumental tanto en sus dimensiones como en la forma de presentar la historia, a través de una contranarrativa. Escombro se compone de una pequeña pirámide de oro de 18 quilates y una astilla encima de ésta que la artista recolectó del sitio. La obra conforma un mínimo remanente físico de un suceso que reflexiona sobre la muerte.
En Monument to the Birds of Guam [Monumento a los pájaros de Guam], el artista estadounidense Mark Dion evoca a los pájaros extintos de la isla Guam. La instalación presenta un árbol con cuerpos de serpientes colgando, cubiertas por alquitrán seco. Durante la Segunda Guerra Mundial, se introdujo por error a Guam una especie de serpiente que desde entonces ha sido invasora y depredadora, causando un daño ecológico y la extinción de múltiples especies de aves endémicas. La instalación expone los dilemas ecológicos en los que el ser humano es el responsable de las alteraciones en la diversidad de los ecosistemas. El artista presenta un antimonumento que denuncia al depredador y recuerda a las especies extintas.
Los monumentos, así como los símbolos patrios, también se han construido con la intención de producir una identidad nacional. El México moderno del siglo XX se afianzó en el himno, la bandera y el escudo nacional. En Desmantelamiento y reinstalación del escudo nacional de Tercerunquinto se muestra el registro fotográfico y el video de una acción de los artistas: el movimiento temporal del escudo nacional de la antigua Secretaría de Relaciones Exteriores en la Ciudad de México, hoy Centro Cultural Universitario Tlatelolco. La acción duró 24 horas y se llevó a cabo el 2 de octubre del 2008, día en que se cumplieron 40 años de la masacre de Tlatelolco. La pieza de Tercerunquinto tiene múltiples capas de interpretación; por un lado, es un acto de denuncia a una amnesia o a la falta de memoria política de un suceso traumático y, por el otro lado, es una crítica al valor otorgado a símbolos para la construcción de una identidad de un Estado nación y al nacionalismo.

La artista Amalia Pica propone la construcción de nuevas memorias a través de la acción To Everyone that Waves [A todos los que se despiden]. Realizada entre 2005 y 2006, es una pieza que habla de desplazamiento y nostalgia. Compuesta de un video en blanco y negro de 16 mm, registro de un happening, y una pila de pañuelos blancos sobre un pedestal, el video muestra un barco antiguo que zarpa del puerto del mismo lugar que siglos antes despidió a miles de personas que emigraron a Estados Unidos. La artista, sin decirle a las personas que se trataba de una obra, entregó pañuelos blancos a aquellos que subían al barco, así como a los que se quedaban. El happening pretendía averiguar si las personas se despedirían del barco con el típico saludo de ondear el pañuelo blanco y con esta obra la artista buscaba analizar la documentación y registro del arte efímero. La confirmación de la artista, cuando las personas ondearon los pañuelos, y el registro de la acción habla de construcción de nuevas memorias, así como de la interpretación subjetiva de la historia.

Esta selección presenta obras que exponen relaciones en torno a formas de conmemoración. A través de distintos medios los artistas de este Entrecruzamiento procuran construir memorias en torno a hechos históricos o pérdidas. Cada uno de ellos propone una interpretación diferente a la oficial sobre momentos históricos, en algunos casos a través de la construcción de memoriales, monumentos, o antimonumentos. Sus reinterpretaciones ponen en evidencia que la memoria es una construcción en el presente. Es a través de la experiencia de cada una de las piezas que estos monumentos se convierten en memoriales y que el espectador puede crear sus propias lecturas, cuestionando la postura y repercusión de una historia hegemónica.

Entrevista con Tercerunquinto
1 Pierre Nora, “Between memory and history: Les lieux de mémoire,” representations 26 (1989): 7-24.
2 Ídem.
3 Walter Benjamin, “On the concept of history”, (2009): 389.
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