En algunas de sus obras más conocidas, Bas Jan Ader escenifica y documenta el fracaso en sí mismo. Ya sea rodando por el tejado de una casa, cayendo de un árbol o montado en su bicicleta, a punto de sumergirse en uno de los canales de Ámsterdam, la idea de caer o fallar le sirve al artista como metáfora para pensar la condición humana. En I Am Too Sad To Tell You, Ader registra su llanto inconsolable en una serie de fotografías y una película muda en blanco y negro. La voz del artista puede escucharse claramente en el tono confesional del título: rebasado por la tristeza, transforma su incapacidad de comunicar el motivo de sus lágrimas en el centro de su obra. Al mostrarse aparentemente vulnerable, Ader nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de todas las personas.