A través de sus fotografías, Gabriel Orozco propone una reflexión sobre los objetos y los materiales, orgánicos e inorgánicos, encontrados o manipulados por el artista. La elección como forma de crear –crucial para los ready-mades de Duchamp– tiene un papel fundamental en su trabajo, mismo que se extiende al acto de poner un título a sus obras. Orozco transforma lo ordinario con solo titular una imagen aparentemente banal, como Pulpo, que otorga vida a una maraña de tubos oxidados debajo de un lavadero. Aquí el ready-made no es tanto una cosa encontrada por el artista sino el resultado de una interacción lingüística y poética, que tiene el potencial para cambiar la percepción de una escena cotidiana.