Félix González-Torres comenzó a trabajar en la década de 1980. Sus instalaciones y esculturas tomaban como punto de partida las ideas del minimalismo y el arte conceptual que lo habían precedido, y a menudo utilizaban objetos mundanos, como relojes, series de bombillas, pilas de papel o caramelos con envolturas metálicas de colores. En esta obra, Klaus Barbie, un oficial nazi conocido como “El carnicero de Lyon”, posa junto a su esposa e hijos en un retrato familiar en forma de rompecabezas. A través de la imagen fragmentada, González-Torres reflexiona sobre el arquetipo de la familia ideal y las fronteras de la vida privada y pública pero, sobre todo, revela la fragilidad de la memoria. Al proteger el rompecabezas dentro de una bolsa de plástico sellada, el artista intenta evitar que las piezas se dispersen al tiempo que salvaguarda el momento capturado en la fotografía.
Fotógrafo: Lance Brewer
Imagen cortesía de Andrea Rosen Gallery, Nueva York
© Felix Gonzalez-Torres
Cortesía de The Felix Gonzalez-Torres Foundation